Aún con el dolor a flor de piel por la muerte de Yeison cohen, los familiares del boxeador venezolano hablaron con los medios para sincerar sus corazones en lo que ha sido una verdadera tragedia y pérdida para ellos, de una persona especial que dejó su vida en el cuadrilátero.

Tomás Cohen no olvida esos días, hace más de 20 años, cuando un infantil Yeison le pedía que lo inscribieron en la academia de boxeo. El padre no se imaginó que con ello estaría marcando el destino de su hijo para formarlo como persona de bien y al mismo tiempo, guiándolo a su muerte.

“Desde los 13 años le gustaba. Estuvo un año detrás de mí persona para inscribirlo, yo no quería. Pero él insistió tanto que lo inscribí. Estuvo entrenando y luego se volvió profesional. No le gustaba otra cosa que el boxeo. Yo le dije entrena otra cosa y él me decía que no, que lo llevara al boxeo. Se dedicó de lleno al boxeo, veía las peleas y se emocionaba con esas cuestiones”, explicó Tomás.

Ahora, mientras espera por el cuerpo de su hijo, que está siendo analizado en el Instituto de Medicina Legal, para llevarlo a Venezuela a donde están sus demás familiares, no puede evitar repasar por su cabeza todos esos días que compartió antes de su viaje a Barranquilla, con el que definió como “mi bebé. Era mi guardaespaldas, dicharachero, alegre”.

“De antemano, él estuvo dos veces aquí y a mí no me gustó porque nunca se había alejado de nosotros. Entonces era bastante incómodo para nosotros. Yo nunca había salido de Venezuela, solo hasta Caracas y eso. La última vez que hablamos allá en Aragua, le dije que se cuidara, que si sentia muy mal al tercer round parara la pelea, pero como era guerrero… él iba siempre para adelante”, manifestó.

De esa forma valiente y luchadora también lo recordó su hermana Dennys Sosa, quien salió por primera vez de su país para enfrentar la difícil situación. Tenía la esperanza aún en su interior de verlo levantarse como un triunfador de la camilla del hospital.

“Mi hermano siempre amó el boxeo. Él decía que no peleaba tanto por el dinero, si por ser campeón. Era un muchacho tranquilo, era la alegría de la casa, del barrio. De buen corazón, muy noble. Teníamos muchos planes mi hermanito y yo. Quizás Dios lo necesitaba allá y Él nos lo regaló bastante tiempo para que fuéramos felices”, resaltó Dennys.

Ella también recordó el propósito de Yeison cruzando la frontera colombo-venezolana para venir a arriesgar su vida en una velada de boxeo: quería ganar el dinero suficiente para montar un local con su segunda especialidad en la vida, la barbería.

“Con lo que me había contado, venía para pelear eso y ganarse su platica aquí y montar su barbería. Me dijo que lo ayudara con las cosas de la familia, de su mujer y sus hijos, que nos viniéramos para acá que íbamos hacer las cosas bien y que nos iba a faltar nada. Él nunca dejó de entrenar. El boxeo y la barbería era su vida. Era un muchacho trabajador, muy trabajador”, recalcó.

Pero el dolor del golpe apenas es digerible para esta familia, pues el drama continúa ahora con la esposa de Yeison, quien debió ser recluida en un centro asistencial debido al impacto emocional del fallecimiento del púgil.

“Desde ayer no he tenido contacto con ella, le da seno al bebé y está mal, y no encuentran que darle al niño  porque no se consigue nada. Voy a tratar de llevarse una fórmula y pañales, las cosas que él quería para ellos. Yo solo quiero que me lo entreguen porque ya me quiero ir, pero no me lo quería llevar así”, manifestó.

Por último, Tomás negó que su hijo hubiera sufrido un golpe en la cabeza y que esas son puras especulaciones por parte de la gente que se encontraba en su alrededor.

“Eso es falso. Es más, yo se lo dije al médico. Uno con un golpe en el cráneo, olvidate”, cerró.

El cuerpo de Yeison Cohen será entregado en próximos días, mientras que los familiares esperan la continua colaboración de la AMB y la empresa Cuadrilátero para poder completar los trámites del caso.